Estilos de Comunicación

Al momento de interactuar y comunicarse con otros, el hablante se coloca en un rol concreto y determinado, que se trasluce en las formas de expresión con los demás. En esta interacción se determina el estilo de comunicación de cada hablante, y los registros que se adoptaran para el intercambio. 

Para identificar y clasificar los estilos de comunicación existe un modelo, basado en el “eje continuo de agresividad” que propone tres niveles: el pasivo, de menor agresividad; el asertivo, de tono equilibrado y el agresivo, de extrema agresividad. Un modelo más completo incluye un cuarto estilo, llamado pasivo-agresivo.

Estilo de Comunicación Pasiva

La comunicación pasiva es uno de los estilos de comunicación más extendidos. Si bien ayuda si el objetivo es evitar conflictos, no siempre deja al sujeto pasivo en la mejor posición, puesto que muchas veces no le permite valorarse a sí mismo. Este tipo de comunicación tiene un impacto en los vínculos que se establecen entre las personas y cómo se comunican con los demás. 

Algunas características del estilo de comunicación pasiva son:

Evitación del conflicto

Muchas de las personas que tienen este estilo de comunicación suelen preferir evitar los conflictos y las confrontaciones, motivo por el cual muchas veces no expresan sus opiniones o deseos si estos pueden causar discordia.

Dificultad para expresar necesidades y deseos

Al querer evitar siempre las confrontaciones, los individuos pasivos no expresan lo que quieren, poniendo las necesidades de otros por delante de las propias y sacrificándose para evitar el rechazo y el conflicto.

Sumisión y complacencia

Al no poner de manifiesto sus deseos y opiniones, es muy fácil para los sujetos pasivos ceder ante los demás, incluso en situaciones donde no están de acuerdo. Esto puede ponerlos en posiciones de sumisión y complacencia hacia otros.

Falta de asertividad

La asertividad a la hora de expresar lo que cada uno piensa y quiere implica un estilo directo y respetuoso, en el que se dicen claramente las cosas. Las personas pasivas no tienen esta habilidad, lo que hace que se sientan insatisfechas o frustradas.

Dificultad para establecer límites

Muchas veces les resulta difícil establecer límites claros en sus relaciones. Suelen ser muy permisivos y permitir que otros invadan sus espacios personales e incluso se aprovechen de ellos, ya que no encuentran la manera de explicar su situación por miedo a enfrentamientos o problemas.

Baja autoestima

Muchas veces esta pasividad, falta de asertividad y la tendencia a ceder ante los demás puede estar relacionada con una baja autoestima, lo que provoca el sentimiento de que sus opiniones y necesidades no son válidas o importantes.

Resentimiento oculto

Al no poder enfrentar y resolver los conflictos de manera directa, las personas pasivas pueden comenzar a sentir resentimiento hacia los demás ya que nunca pueden satisfacer sus propias necesidades. Este resentimiento puede acumularse con el tiempo.

Dificultad para decir "no"

De estos sentimientos de complacencia hacia los demás viene una gran dificultad para decir que “no”, ya que se sienten obligadas a satisfacer demandas externas, independientemente de lo que ellos deseen. 

Hay casos en los que adoptar un estilo de comunicación pasiva puede llevar a malentendidos y dificultades, ya que se trastocan los límites y los vínculos no se dan de manera igualitaria respecto de las partes que lo componen. Los sujetos pasivos pueden sentir que no son escuchados o valorados, y esto tiene un impacto en su autoestima, autoconfianza y satisfacción en general. A continuación, dejamos algunos consejos para desarrollar una comunicación más asertiva:

 

  • Practica la asertividad: intenta comunicarte con mayor definición, claridad y de manera directa. No significa ser irrespetuoso, sino por el contrario, poder establecer los límites claramente y desde un lugar de respeto mutuo. Es necesario decir “no” cuando no quieres hacer algo, o no te sientes cómodo con una situación.

 

  • Trabaja en la autoestima: del mismo modo en que valoras las opiniones y necesidades de los otros, valora las tuyas ya que son igual de importantes. Reconoce y estima tus logros y fortalezas.

 

  • Aprende a establecer límites: Aprende a ver hasta dónde estás dispuesto a dar y a tolerar en tus relaciones y comunícaselo a los demás de manera clara.  

 

  • Escucha activamente: ten en cuenta que la comunicación efectiva es bidireccional, y prestar atención a los demás, lo que dicen y lo que opinan es de gran ayuda para construir una comunicación clara. 

 

  • Busca apoyo: Si te resulta muy difícil cambiar esta forma de comunicarte con otros, siempre existe la posibilidad de buscar apoyo, hablar con un terapeuta, o un coach especializado, con el que puedas trabajar en cambiar tus habilidades comunicativas para convertirlas en más saludables. 

Estilo de Comunicación Asertiva (link)

El estilo de comunicación asertiva ya fue mencionado anteriormente, y a continuación lo trataremos con mayor detalle. Este tipo de enfoque en la comunicación se basa en conseguir un mayor equilibrio, y formas más saludables para interactuar con otros. Implica desarrollar la capacidad de expresar pensamientos, emociones, sentimientos, opiniones y necesidades de manera clara, directa y respetuosa, sin imponerse ni desmerecer lo que le pasa a los demás. 

Este tipo de comunicación tiene algunas características que exploraremos a continuación:

Expresión directa

El desarrollo de la comunicación asertiva se basa, principalmente, en dominar la expresión clara y directa de sentimientos y pensamientos. Comunicar lo que se desea de manera comprensible es clave.

Respeto mutuo

Siempre se debe dar en un entorno de respeto mutuo: todas las partes involucradas en el intercambio deben ser valoradas y tenidas en cuenta a la hora de hablar. 

Defensa de los derechos propios

Considerar los propios intereses, derechos y necesidades para poder expresarlos y exigirlos a los demás. Las personas que desarrollan la comunicación asertiva no temen pedir lo que merecen ni permiten que los traten injustamente.

Escucha activa

La comunicación asertiva implica, también, ser buen oyente. Las personas que desarrollan la comunicación asertiva prestan atención a los demás y muestran interés en sus perspectivas.

Afrontamiento del conflicto

Frente a una situación conflictiva, en lugar de evitar el problema, las personas que emplean la comunicación asertiva abordan los conflictos de manera constructiva, resolviendo a través del diálogo honesto y la negociación.

Empatía

Las personas asertivas tienen en cuenta las necesidades y perspectivas de los demás, además de expresar las propias. Esto da espacio a la comprensión mutua.

Decir "no" cuando es necesario

Parte de ser asertivo es dominar la capacidad de decir “no” cuando se cree necesario. Las personas asertivas lo hacen de manera clara y firme, pero respetuosa.

Confianza en uno mismo

Parte de la comunicación asertiva encuentra su base en la confianza en uno mismo. Comprender que las propias opiniones y emociones son importantes y que merecen ser escuchadas ayuda a construir una visión clara de lo que se quiere y cómo comunicarlo. 

La comunicación asertiva es una práctica adquirida, una habilidad que se puede desarrollar con trabajo y conciencia. Es muy útil para la construcción de relaciones más saludables y para una comunicación más efectiva en todas las áreas de tu vida.

Comunicación Agresiva

El estilo de comunicación agresiva es problemático y perjudicial para las relaciones, ya que genera o empeora los conflictos. Se contrapone completamente a la comunicación asertiva, y tiene un enfoque basado en formas de interacción en el que la expresión de los propios deseos, opiniones y necesidad infringen los derechos y emociones de los demás. 

Algunas de las características del estilo de comunicación agresiva son:

Dominancia y control

Las personas que emplean un estilo de comunicación agresiva tienden a buscar tener el control y la superioridad en la conversación. Quieren imponer sus opiniones y deseos sobre los demás.

Falta de empatía

Es muy común que los individuos que se comunican de esta manera son poco empáticos y no se interesan en las perspectivas ni en los sentimientos de los demás. Suelen minimizar e ignorar lo que otros necesitan o desean.

Crítica y culpa

Suelen emplear palabras hirientes para lastimar, e incluso critican y culpabilizan a otros por situaciones problemáticas.

Expresión exagerada de emociones

Mediante la comunicación agresiva se suelen exagerar las emociones negativas, como la ira o la frustración, para intimidar a otros.

Falta de escucha activa

Las personas agresivas no escuchan los deseos y necesidades de otros, lo que imposibilita la comunicación efectiva y la comprensión mutua.

Hostilidad y confrontación

Por este tipo de comunicación agresiva, la misma se torna siempre hostil y confrontativa ya que las personas están siempre a la defensiva buscando peleas o discusiones.

Defensa de la posición propia

Para este tipo de individuos, que se comunican de manera agresiva, es muy difícil admitir sus equivocaciones, lo que hace que defiendan sus posiciones incluso cuando no tienen razón imposibilitando la resolución de problemas y la colaboración.

Este estilo de comunicación tiene efectos negativos en los vínculos, tanto personales como laborales. Propicia ambientes tensos, miedo al momento de hablar y conflictos. No deja espacio para desarrollar confianza y respeto entre las personas. 

 

Algunos consejos para manejar y modificar este estilo de comunicación son:

 

  • Autoconciencia: Reconoce cuando estás adoptando un enfoque agresivo en la comunicación y sé consciente de cómo esto puede afectar a los demás.

 

  • Control de las emociones: trabaja en el manejo de tus emociones, de manera que puedas controlarlas mejor y decir lo que sientes de manera constructiva, y no atacando o culpabilizando al resto.

     

  • Escucha activa: Practica escuchar atentamente a los demás y demuestra interés en sus opiniones y necesidades. 

     

  • Practica la empatía: ponte en el lugar de otros, e intenta entender cómo se sienten y cómo perciben tus formas de comunicación.

     

  • Utiliza declaraciones «yo»: céntrate en tus sentimientos y necesidades a la hora de comunicarte, en lugar de culpar o criticar al resto por cómo se desarrollan las situaciones.

     

  • Busca soluciones: es más útil enfocar las conversaciones desde un lugar constructivo en el que se puedan buscar soluciones, en lugar de imponer tus opiniones y centrarse en lo que está mal. 

 

  • Aprende habilidades de resolución de conflictos: piensa y desarrolla estrategias para abordar y construir a partir de las diferencias de opinión.

     

  • Practica la comunicación asertiva: trabaja en comunicarte de manera más asertiva y reducir la agresividad en tus formas. Así, crearás vínculos sólidos, duraderos y verdaderos, donde habrá mayor confianza para hablar y expresarse. 

Estilo de Comunicación Pasivo-Agresiva

Por último, existe un estilo de comunicación llamado pasivo-agresiva que combina características de la comunicación agresiva y pasiva. Las personas que la emplean suelen expresar sus deseos, emociones o desacuerdos de manera indirecta, poco clara y confusa, muchas veces utilizando un tono sarcástico o manipulador. Este estilo de comunicación impacta negativamente en las relaciones ya que provoca situaciones confusas. 

Algunas de las características del estilo de comunicación agresivo-pasiva son:

Expresión indirecta

En lugar de decir claramente lo que quieren, las personas con un estilo pasivo-agresivo suelen utilizar insinuaciones, sarcasmos o indirectas, dejando al otro la tarea de descifrar lo que quieren.

Hostilidad encubierta

Al momento de expresar sus enojos o frustraciones, en lugar de comunicarlo abiertamente, lo hacen de manera hostil pero sutil y disimulada.

Sarcasmo

Para abordar problemáticas, suelen recurrir al sarcasmo y el humor mordaz, de manera que la comunicación se mantiene en un gris, poco claro, en el que no se aborda directamente el problema.

Manipulación

Suelen emplear tácticas manipuladoras para lograr sus objetivos, sin enfrentar el conflicto directamente. Esto puede incluir el uso de la culpa o la victimización.

Falta de sinceridad

No son sinceros con lo que piensan. Pueden acordar en la superficie, pero al momento de actuar sus actitudes revelan su desacuerdo.

Evitar la responsabilidad

Suelen evitar responsabilizarse por las consecuencias de sus acciones, y culpar a otros por malentendidos ocasionados por su falta de claridad.

Provocación pasiva

Las personas con este estilo buscan obtener reacciones emocionales de los demás, provocándolos de manera pasiva.

El estilo de comunicación pasivo-agresiva genera situaciones confusas, malos entendidos y tensiones en las relaciones, ya que es muy difícil saber realmente cuales son los deseos, necesidades, y límites de cada uno. Esto genera enojos y rencor que nunca son tratados abiertamente, y todo se mantiene en un espacio poco claro que termina por lastimar a las personas involucradas. Esta falta de claridad y la tendencia a evadir el conflicto directo pueden dificultar la resolución de conflictos.

 

Mejorar las formas de comunicación y cambiar patrones de comportamiento es un camino trabajoso que requiere esfuerzo, pero es necesario si quieres desarrollar vínculos honestos, equitativos y confiables, donde las partes se respeten y valoren mutuamente. Al adoptar un estilo de comunicación más directo y más cercano al asertivo notarás una mejora en tus relaciones.