Las creencias son el fundamento desde el cual interpretamos el mundo, el filtro por el que vemos la vida, comprendemos los sucesos y logramos gestionar nuestra realidad.
No son la realidad ni la verdad, sino un mecanismo de amortiguación y comprensión que crea la realidad que vivimos y, por ende, la verdad que sostenemos. Esto nos indica que lo que crees está condicionando tus acciones y, por lo tanto, las posibilidades de abrirse caminos y experiencias de crecimiento.
Las creencias potenciadoras son positivas, nos ayudan a lograr nuestras metas pudiendo cultivar con mayor eficacia una vida plena y satisfactoria. A diferencia de las creencias limitantes que nos restringen y nos impiden avanzar, las potenciadoras nos impulsan y nos dan confianza en nuestras capacidades.
Son fundamentales para nuestra salud psico-física, nos ayudan a crear una vida en equilibrio y con disponibilidad hacia el éxito. Al cultivar creencias potenciadoras, podemos cambiar nuestra perspectiva y actitudes hacia nosotros mismos y hacia el mundo.
Características de las creencias potenciadoras
Para que puedas identificarlas y crearlas con mayor facilidad, aquí te brindamos una lista de las características de las creencias potenciadoras:
Son positivas
Nos brindan una perspectiva optimista sobre cualquier ámbito de la vida.
Son realistas
Que sean optimistas, no excluye el ser realistas. Están basadas en hechos y evidencias que apoyan nuestras capacidades y fortalezas.
Son motivadoras
Nos motivan a tomar acción y realizar los cambios necesarios para alcanzar nuestras metas.
Son adaptativas
Adaptables y flexibles, lo que nos permite ajustar nuestra perspectiva y estrategias si encontramos obstáculos en el camino.
Ejemplos de creencias potenciadoras
Te presentamos algunos ejemplos de creencias potenciadoras que puedes elegir para alcanzar tus objetivos y mejorar tu bienestar emocional (link):
- Soy capaz de aprender y mejorar en cualquier área de mi vida si me esfuerzo y me enfoco en ello.
- Tengo control sobre mis pensamientos y emociones, puedo elegir cómo reaccionar ante las situaciones que enfrento.
- Cada fracaso es una oportunidad para aprender y crecer.
- Todas las personas merecen amor y respeto, incluyéndome a mí mismo.
- Puedo confiar en mi intuición y en mis decisiones.
- Las cosas buenas están por venir, incluso en tiempos difíciles.
- Puedo encontrar soluciones creativas a cualquier problema que enfrente.
- La vida es una aventura, y estoy emocionado por descubrir lo que me depara el futuro.
- Siempre hay algo por lo que estar agradecido, incluso en los momentos más difíciles.
- Soy capaz de superar cualquier obstáculo si mantengo mi determinación y perseverancia.
Fortalecer las creencias potenciadoras
El primer paso para cultivar tus creencias potenciadoras es identificar las creencias limitantes (link) que pueden estar obstaculizando tu crecimiento personal. Pregúntate a ti mismo qué creencias negativas tienes acerca de ti, de los demás y del mundo en general. Si te cuesta reconocerlas, puedes pedir la asistencia de un Psicoterapeuta o un Coach especializado (link), quien sabrá guiarte a que lo logres a través de diferentes recursos en un proceso de trabajo más profundo.
Una vez que las hayas identificado, cuestiónalas. Pregúntate si son realmente ciertas y si te están ayudando o limitando en tu vida. A menudo, nuestras creencias limitantes son simplemente patrones de pensamiento negativo que hemos aprendido a lo largo del tiempo. Luego de cuestionarlas, reemplázalas por creencias potenciadoras. En lugar de pensar «nunca podré hacer esto», piensa «si me enfoco y trabajo duro, puedo lograrlo».
Para que tus creencias potenciadoras se conviertan en una parte integral de tu vida, es importante reforzarlas regularmente. Esto puede implicar repetir afirmaciones positivas, rodearte de personas que te apoyen y motiven, y practicar hábitos saludables que fomenten tu bienestar emocional.
Cultivar la gratitud también puede brindarte un sentido más pleno para mantener una actitud positiva y reconocer lo bueno en tu vida. Toma tiempo cada día para reflexionar sobre todas las cosas por las que estás agradecido, y haz de la gratitud un hábito.
En conclusión, las creencias no son algo que debamos cargar de por vida, sino más bien, formas de observar el mundo que han servido a quienes nos las han dado, y es nuestra responsabilidad cambiarlas y actualizarlas para lograr vivir la vida en plenitud y con un mayor gozo. Es real que a veces este trabajo pueda llevar tiempo, dedicación y compromiso, siendo también real que al conseguirlo transformaremos nuestra realidad y con ello nuestra vida.