El psicoanalista Alfred Adler propone el concepto de “complejo de inferioridad” para explicar aquellos comportamientos que pueden adoptar algunos sujetos, y que refiere a un sentimiento muy arraigado de insuficiencia, incompetencia o inferioridad en comparación con sus pares. Este complejo se desarrolla durante los años de la niñez, momento en que el individuo experimenta una falta de poder o habilidades que en ciertas áreas lo llevan a compararse con sus semejantes.
Las personas que presentan este complejo suelen tener baja autoestima y sentirse inferiores, tienen una sensación constante de no ser lo suficientemente buenos. Encuentran múltiples dificultades para desarrollarse: no son capaces de enfrentar desafíos, tomar decisiones o expresar sus opiniones por miedo a ser rechazados o juzgados. Esto provoca comportamientos de evitación, timidez, o inseguridad.
Estos sentimientos de inseguridad e insuficiencia no tienen una razón objetiva y comprobable que pueda sustentar estos pensamientos, por el contrario, es un sentimiento de inadecuación e inadaptación basado en juicios no racionales.
El complejo de inferioridad no es un diagnóstico psicológico, sino que es la conceptualización teórica de un patrón de comportamientos y pensamientos. Es normal que las personas experimenten momentos de duda, inseguridad o insuficiencia, pero cuando estos se convierten en parte de la vida diaria y de la forma de percibirse a uno mismo, comienza a ser problemático para el funcionamiento diario. Si estos sentimientos son persistentes e intensos se recomienda buscar ayuda profesional de un psicólogo, psicoterapeuta o coach especializado.
Síntomas o características de una persona con Complejo de Inferioridad
Las personas con complejo de inferioridad suelen presentar síntomas y características que denotan sus sentimientos subyacentes de insuficiencia. Algunos de los signos comunes asociados son:
Baja autoestima
Las personas con este patrón de comportamientos suelen tener una visión disminuida de sí mismas, no se sienten lo suficientemente inteligentes, atractivas, talentosas o valiosas.
Comparación constante
Siempre están viendo los logros y cualidades de los demás en lugar de enfocarse en los propios, lo que refuerza su sensación de inferioridad.
Inseguridad
No confían en sí mismas y dudan constantemente de sus capacidades, habilidades y decisiones. Es normal que presenten mucho miedo al fracaso, y evitan todo tipo de situaciones en las que puedan llegar a sentirse juzgadas o rechazadas.
Sensibilidad a la crítica
Las personas con este complejo siempre están esperando la crítica o una expresión negativa sobre ellos, por lo que son muy sensibles a cualquier juicio por más mínimo que sea. Lo pueden interpretar como una afirmación de su supuesta incompetencia.
Perfeccionismo
Para estas personas, todo lo que hacen debe estar perfecto. Se imponen estándares muy altos y difíciles de alcanzar, lo que muchas veces los lleva a atrasarse, procrastinar o evitar tareas por miedo a no cumplir con sus propias expectativas.
Dependencia de la aprobación externa
Buscan constantemente la aprobación de los demás y el reconocimiento externo para sentirse valiosos.
Evitación de desafíos
Las personas con complejo de inferioridad suelen quedarse en su zona de confort ya que, aunque se vean limitados, allí no hay riesgos. El miedo al fracaso o al ridículo los lleva a evitar tomar riesgos o enfrentar desafíos.
Causas del Complejo de Inferioridad
Estos patrones de comportamiento se pueden generar por varias causas, y suelen ser el resultado de una combinación de factores. A continuación se presentan algunas posibles causas del desarrollo del complejo de inferioridad:
Experiencias de la infancia
El sentido de incompetencia o falta de valor personal se puede generar por una sobreprotección en los años de formación, la falta de apoyo emocional o contención al niño, el abuso o trato negligente por parte de sus padres o tutores.
Comparaciones sociales
Los estándares sociales inalcanzables sobre nuestras apariencias o sobre cómo debemos ser y comportarnos, sumado a la comparación con los demás, ya sea en términos estéticos, profesionales o por las habilidades o logros contribuyen a estos sentimientos de inferioridad.
Expectativas irrealistas
Otro factor externo son las expectativas irreales que recaen sobre los individuos por parte de familiares, amigos e incluso la sociedad, que pueden aumentar la sensación de nunca ser lo suficientemente bueno.
Traumas o eventos adversos
El desarrollo del complejo de inferioridad se puede dar a partir de experiencias traumáticas como el bullying, el rechazo social, el fracaso académico o profesional, o la pérdida de un ser querido.
Comparaciones internas distorsionadas
Este tipo de patrones implican tener una visión distorsionada de sí mismo, en la que se magnifican las debilidades y se disminuyen las fortalezas.
Mensajes negativos internalizados
Esta visión distorsionada puede venir también de mensajes negativos recibidos de figuras de autoridad. Si una persona que ocupa un lugar de referencia en nuestras vidas siempre tiene críticas, rechazo, discriminación o nos impone estereotipos negativos, da lugar para que el complejo de inferioridad se desarrolle.
Es importante destacar que este tipo de complejos se experimentan de manera distinta en cada persona, ya que no todos somos iguales y la misma situación puede afectar de manera distinta a cada uno.
Consejos para no sentirse menos que los demás
Si últimamente te encuentras pensando cosas como “¡no valgo para nada!” o “me siento insuficiente” aquí hay algunos consejos para dejar de sentirte de esta manera:
- Trata de cambiar la visión que tienes de ti mismo por una más comprensiva y amable. Todos tenemos tanto fortalezas como debilidades, y los errores y fracasos pueden ser excelentes oportunidades de aprendizaje.
- Un buen método es hacer una lista de todas tus habilidades y logros para recordarte lo valioso que tienes para ofrecer al mundo.
- Olvida las comparaciones con el resto y concéntrate en tus propios objetivos y metas. Recuerda que cada uno tiene su propio ritmo y camino.
- Practica la gratitud y enfócate en las cosas positivas de tu vida. Valorar y apreciar lo que tienes puede ayudarte a tener una perspectiva más equilibrada y a evitar caer en la trampa de sentirte inferior.
- El autocuidado puede ser una clave para mantener tu autoestima. Arma y sigue una rutina que incluya alimentarte saludablemente, hacer ejercicios, buscar actividades que disfrutes y duerme lo suficiente para equilibrar tu salud mental.
- Establece metas que te desafíen, pero que sean alcanzables. Así, podrás celebrar cada pequeño logro hasta alcanzar un objetivo mayor, lo que te ayudará a ganar más confianza en ti mismo y en tus capacidades.
- Busca apoyo en tus amigos y familiares. Muchas veces hablar, expresarte y recibir una perspectiva externa puede ayudarte a contrarrestar los sentimientos de inferioridad.
Para finalizar, es importante destacar que no todas las personas que experimentan este tipo de sentimientos como baja autoestima o inseguridades, tienen necesariamente un complejo de inferioridad. A veces es simplemente una etapa o momento de la vida.
Sin embargo, si sientes que estos sentimientos son más profundos, no te dejan avanzar en aspectos de tu vida, o sientes que nacieron de alguna experiencia traumática, te recomendamos acudir a un profesional que pueda ayudarte a tratarlos, como un psicólogo o psicoterapeuta. También ten en cuenta que el coaching puede ser una herramienta útil para sentirte mejor, abordar y superar el complejo de inferioridad en el contexto de tus objetivos personales y profesionales. Te ayudará a tener una mentalidad más positiva y constructiva, fortalecer tu confianza, y te brindará técnicas y herramientas para enfrentar desafíos y proponerte metas realistas y alcanzables.