El coaching ontológico es una corriente de coaching que se centra en la aplicación de principios filosóficos en el proceso de coaching. Para explicar esta corriente, lo más claro es descomponer su nombre. Por un lado, tenemos el “coaching” que en inglés significa entrenamiento y viene del ámbito de los deportes, donde el coach entrena a los deportistas para mejorar sus competencias y habilidades. Por otro lado, tenemos la palabra “ontológico”: la ontología es una rama de la filosofía que se ocupa del estudio del ser, la existencia y la realidad. Entonces, como resultado, tenemos una corriente del coaching que se encarga específicamente del “entrenamiento del ser”. El coaching ontológico aplica los principios filosóficos al desarrollo personal y profesional de las personas.
Para esta corriente, los modos en los que las personas se ven y entienden a sí mismas tienen un impacto en cómo se vinculan con otros y con el mundo que está a su alrededor. En este sentido, el coaching ontológico ayudará a comprender cómo las personas se ven a sí mismas, como construyen su realidad a través del lenguaje, la emoción y el cuerpo, y cómo cambiando esta visión pueden cambiar su realidad y alcanzar sus metas y objetivos. Para esto se centrará en el aprendizaje y en el crecimiento personal de los individuos, y se puede aplicar desde las habilidades de liderazgo hasta la gestión organizacional. El coach ontológico trabaja de manera cercana con sus clientes en sus habilidades y aptitudes para tomas las decisiones más convenientes y actuar de manera más efectiva en sus entornos.
Dentro del coaching ontológico nos encontraremos con procesos que apuntan a trabajar con el Ser y sus propiedades trascendentales. Se considera al individuo como una partición en tres áreas: lenguaje, cuerpo y emociones. Esta metodología sostiene que, al intervenir en alguno de estos tres aspectos, se pueden transformar los demás para potenciar las habilidades de una persona.
El proceso de coaching ontológico implicará un cuestionamiento de las tradiciones y formas habituales de actuar del Ser. Las personas re-piensan, cambian y cuestionan los modos tradicionales de actuar y de entender el mundo. La idea es interrumpir los patrones de conducta y comportamiento habituales, para proponer nuevas formas de resolución que impliquen mayor creatividad y proactividad, y generar tanto nuevas aptitudes emocionales y comunicacionales, como nuevas formas del hacer y del pensar.
Orígenes del Coaching Ontológico
Promediando la década del 1980 en Argentina, un grupo de filósofos, lingüistas y psicólogos dieron origen a esta rama del coaching, que estudia la manera en que el lenguaje, las emociones y el cuerpo se conjugan para construir la realidad de cada individuo, estudiándolo en su totalidad como un conjunto complejo. El grupo (compuesto por intelectuales como Rafael Echeverría, Julio Olalla, Fernando Flores, Humberto Maturana, entre otros) comenzó a aplicar los principios filosóficos de la ontología a los procesos de coaching, centrándose en el desarrollo de habilidades y competencias específicas.
El principal exponente del coaching ontológico es Rafael Echeverria, que en 1992 fundó la Newfield Network, una organización que ofrece programas de entrenamiento en coaching ontológico y que ha tenido un gran impacto en el desarrollo y la difusión de esta corriente de coaching.
Desde el nacimiento de esta corriente hasta nuestros días se ha expandido mucho, siendo de gran utilidad en una gran variedad de contextos, que van desde el desarrollo personal hasta la gestión del cambio organizacional. Es uno de los tipos de coaching más extendidos, y sus mayores contribuciones se dieron en relación al entendimiento del ser humano y su vinculación con el mundo.
Sesiones de Coaching Ontológico
Las sesiones de coaching ontológico no siempre son iguales, ya que cada coach utiliza diferentes técnicas dependiendo del coachee y los objetivos que se hayan planteado en el plan de acción, pero algunas de las características generales con que se puede encontrar quien tenga una sesión de este tipo son:
Diálogo
Este tipo de procesos se basan en el diálogo entre el coach y el coachee. Para obtener buenos resultados, es necesario explorar los pensamientos, emociones, inquietudes y miedos del cliente, e incluso identificar aquellas actitudes o acciones que obstaculizan el crecimiento o desarrollo.
Reflexión
Las sesiones suelen reservar un espacio para la reflexión de los clientes, momento en el cual se da el espacio para pensar en aquello que se dialogó y profundizar en su comprensión de sí mismo y de su relación con el mundo.
Observación del lenguaje, emociones y cuerpo
Una de las herramientas que tiene el coach ontológico es saber observar y descifrar el lenguaje, las emociones y el cuerpo para ayudarlo a identificar patrones y creencias limitantes.
Identificación de objetivos
El coaching ontológico se enfoca en una transformación integral del ser humano, trabaja con los aspectos más trascendentales de la persona; sin embargo, es posible y puede ser parte del proceso de coaching el planteo de objetivos claros y concretos a alcanzar, con un plan de acción que se piensa en conjunto con el coach.
En conclusión, esta corriente del coaching se centrará siempre en un trabajo reflexivo y de inmersión sobre el coachee, apelando a los aspectos más íntimos y trascendentales del ser.